
Nadie se imaginó que esto implicaba la planeación de algo distinto para ese día. El personal docente y el director, después de una amplia plática, acordaron que no se harían juegos a la usanza tradicional: un grupo juega y toooodos los demás ven, hasta que les toca participar. No. En este día tooodos iban a jugar al mismo tiempo y
la diversión iba a ser de principio a fin para todos y con todos. Y así se hizo: se determinó un espacio para cada grupo y cada uno fue orientado y vigilado por los maestros, para realizar sus retos y competencias.

Esto se complementó con el apoyo del comité de padres que ofreeció un delicioso ambigú y agua de sabor a tod@s l@s niñ@s. Además, los dulces corrieron por cuenta de la escuela.
